Implica crear, mantener y respetar un entorno ordenado, limpio, bello, funcional y accesible, donde el niño y el adulto mayor pueda moverse libremente, elegir sus actividades y desarrollar la responsabilidad personal y social. No solo se refiere al ambiente físico, sino también al ambiente emocional y social.
Además permite:
- Desarrollar independencia y autonomía
- Fomentar el respeto por el entorno y los demás
- Estimular el sentido del orden y la armonía
- Promover la autoeducación a través de la experiencia
- Cultivar una conciencia ecológica en niños y adultos
Dentro de esta filosofía, directa e indirectamente, se promueven actividades como
- Reciclaje y reutilización
- Reducción del consumo
- Respeto por los seres vivos
- Cuidado de jardines o huertos
- Actividades al aire libre
Familiares y terapeutas pueden organizar actividades donde se promueva el compartir y disfrutar actividades de recreación y cuido del ambiente, no importa el espacio, dedicar tiempo a un ser vivo genera mucha retribución emocional; puede ser sembrar o cuidar una planta o una huerta, los importante es desarrollar una serie de activaciones sensoriales en el proceso, sentirse parte del ecosistema.
Este tiempo dedicado a interactuar con otro ser vivo, genera una serie de transmisiones neuronales y sentimientos que estimulan en niños y adultos mayores sensaciones de tranquilidad y satisfacción.
No dejemos de aprovechar lo que la naturaleza nos da.